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Un mate en el Arena Corinthians

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Siempre está la duda de cómo ir a la cancha. En especial sabiendo que sos visitante y no conocés. Sin embargo, cuando me dijeron que había una estación de subte que te dejaba en el Arena Corinthians me decidí por esa opción.  Y fue así, te dejaba en la puerta. Lo primero que te llama la atención es la magnitud del estadio. Luego, la música proveniente de la tienda oficial, que parece un shopping, y tiene absolutamente todo lo que te puedas imaginar de indumentaria del club.  Una vez adentro, el Arena Corinthians no te deja de sorprender, tanto por el alto nivel de calidad de sus instalaciones como por la cantidad de gente que trabaja ahí. Tras algunas indicaciones en portugués, llegamos al sector de prensa.  Otra vez nos sorprendimos por la calidad de las instalaciones. Quizás sea porque no muchas veces nos tratan tan bien, o tal vez porque de verdad consideraron que la prensa se merecía las mejores comodidades. Así es como la sala de conferencias es parecida a un cine y hay un

El pibe y el viejo

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El viejo volvía como todos los días del laburo. Cansado después de un día más de rutina, se puso la pava para el mate y se tiró en el sillón para descansar un rato. Casi por inercia agarró el control de la tele y la prendió para vagar por los canales sin rumbo, buscando encontrar algo que le llame la atención, aunque ya sabía que iba a terminar viendo algún partido. En la pieza de arriba, el pibe escuchó el portazo y el ruido de llaves acompañado por los pasos del viejo. Con la rapidez de un wing izquierdo agarró el álbum de figuritas y unos lápices, bajó corriendo las escaleras y fundió en un abrazo al padre. Ya sin preguntar, se tiró en el piso a dibujar. Pasaron los mates, pasaron las hojas pintadas y una pregunta rompió el silencio: - Papi, ¿Qué es el amor? El viejo, sorprendido, bajó el volumen de la tele, le dio un sorbo al mate y se acomodó en el sillón para intentar explicar, acaso, la pregunta más difícil del mundo. El pibe, con toda naturalidad, se sentó

El Turco García y Argentina 1994

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Siempre que puedo, en alguna sobremesa o previa futbolera, intento meter este tema en la "agenda" para saber qué piensa la gente. Lógicamente, trato de que sea en varios grupos con rangos de edad diversos para que sea una muestra un poco más amplia.  Mi teoría, es que la Selección del 94 fue la mejor después de la del 86. Siempre se habla de Argentina como un cúmulo de nombres que no llegan a s er un equipo, y este sí lo era, y no sólo eso, ganó dos Copas América seguidas. Esta semana, y gracias a las infinitas posibilidades y alegrías que me da la radio, tuvimos la oportunidad de hablar con  Claudio Omar  el Turco García. Más allá de los temas lógicos (Racing y Huracán) intentamos llevar la conversación hacia esa época. El Turco, con su originalidad de siempre, dijo que "tenían que morirse los dos de adelante para que juegue yo", refiriéndose a Batistuta y Caniggia, los dos delanteros del equipo del Coco Basile. Y siguió con un par de citas, que capaz nos aclaran

¿Por qué lloramos?

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Hoy decidí abrir de nuevo una hoja blanca en Word para tratar de explicar lo que vengo sintiendo desde anoche y que, por hablarlo con mucha gente, no soy el único que lo siente así. Anoche me encontré llorando y aplaudiendo, dos contradicciones tremendas, pero algo que atacó a miles de personas después de que el remate de Bou murió en las manos del arquero paraguayo y las oportunidades de forzar los penales se esfumaron. Si el domingo las lágrimas eran de felicidad, la pregunta lógica es de qué eran las lágrimas del jueves. Estoy seguro que de bronca no eran, capaz de tristeza, pero dudo que algún hincha de Racing esté triste por el presente del club. ¿Entonces de qué eran? Para mí, de AMOR. El cambio llegó apenas Diego Milito firmó en Racing, desde el principio sabíamos que venía para grandes cosas, pero no sabíamos que íbamos a llegar tan lejos. Personalmente, nunca imaginé un campeonato en su primer semestre, y sin embargo lo logró, potenciando a todos sus compañero

El día que cumplí mi sueño

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Pasó casi una semana del Sueño del Pibe y cada vez que cierro los ojos escucho el ruido de los tapones subiendo las escaleras después del túnel del vestuario que te llevan a la cancha, fue el día en el que cumplí mi sueño. La mañana comenzó desde muy temprano, arriba a las 6 am porque a las 7:30 había que estar en el Savoy para juntarse con los compañeros, desayunar y empezar con la experiencia única que significa el Sueño del Pibe. Post presentación de los equipos, intercambiar un par de palabras con la gente del Departamento del Hincha y alguna que otra conversación con amigos, había que subirse al micro. Foto de rigor y saludos, todos muy nerviosos, como esas veces que no se logra procesar a cabalidad todo lo que te está pasando. Arriba del Plusmar nos sentíamos todos jugadores, pero no hubo música ni auriculares que te aíslen, fueron todos cantos de cancha y canciones dedicadas a lo que nos unía esa mañana: Racing. Ya ver el Cilindro desde lejos te pone la piel

Una hoja de Messi y su Mundial

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No quería hacer una nota defendiendo a Messi porque creí que no era necesario. Lamentablemente, hay mucho ciego dando vuelta y lo que es peor, mucho mala leche. Sin caer en la fácil de simplemente agradecer por haber elegido a Argentina en vez de a España (aunque lo hago, pero tal vez no sea un motivo de peso), el Mundial de Messi, para mí, fue muy bueno. Antes de empezar Brasil 2014, se hablaba de los cuatro fantásticos de arriba y que el problema iba a ser atrás. De esos cuatro, el único que apareció fue Messi. Higuaín falto en lo físico (solamente se rescata su partido con Bélgica), Agüero en un nivel muy bajo (falto de físico, con sobrepeso y pocas ganas) y Di María que no aguantó una temporada desgastante en el Real Madrid y su cuerpo le dijo basta en Cuartos de Final. El único que apareció en todos los partidos fue Messi. Repasamos: Gol a Bosnia, Gol a Irán, Dos Goles a Nigeria, pase gol a Di María contra Suiza. Ahí se produce un quiebre. Argentina pasa a ser u

Directo al Corazón

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Dos minutos separaron al Atlético de Madrid de la primera Champions League de su historia. El 24 de Junio de 2014, Lisboa se había vestido de gala para una novela que comenzó el martes 27 de Diciembre de 2011 cuando Diego Pablo Simeone fue presentado en el Vicente Calderón. El conjunto “colchonero” venía de ser eliminado de la Copa del Rey y se encontraba a 4 puntos de la zona de descenso en la Liga Española, algo increíble para un equipo catalogado como el tercer grande de dicho país. A pesar de que aún tenía vida en la Europa League, el plantel estaba desmotivado y con la presión de sacar adelante una situación complicada. La llegada del “Cholo” llenó de ilusión a los hinchas del “Atleti”, campeón, capitán e ídolo como jugador y con una trayectoria ya probada como DT, se hizo cargo del equipo y se centró en empezar a recuperar a sus jugadores, los cuales rápidamente captaron el mensaje y se subieron al tren del trabajo, el sacrificio y el “dejar todo” en cada partido.