La revolución azul
Universidad de Chile se convirtió en el año 2011 en el
equipo sensación de América. Lejos de conformarse, el conjunto de Sampaoli va
por la Libertadores y el tricampeonato.
Un 15 de diciembre de 2010 apareció por los pasillos de las
instalaciones de Universidad de Chile un entrenador de baja estatura, calvo y
con poca trayectoria en clubes grandes como la “U”. Quizás su buena experiencia
en O’Higgins y su perfil ofensivo llevaron a los dirigentes de Azul Azul a
contratarlo por sobre, nada menos, que Diego Simeone. Aquél DT en los cuales
los hinchas poco confiaban, un año después coronó la revolución azul en Chile y
América, su nombre: Jorge Sampaoli.
Su dedicación al trabajo ya sorprendió desde el principio,
el no dejar nada librado al azar y el ser estricto con sus pupilos, luego
empezaría a traer sus frutos. Su sistema preferido siempre fue el 3-4-3, sin
embargo, cuando la ocasión lo ameritó, ni dudó en defender con cuatro jugadores
o atacar con dos y hacer ingresar un enganche.
A su versatilidad, le agregó un circuito de juego muy
aceitado y veloz, que más allá de los intérpretes siempre demostró una idea.
Por ejemplo, para los partidos de Copa Chile, Sampaoli alineaba un conjunto
suplente que jugaba exactamente igual que los titulares, eso lo llevó a
mantenerse en el tiempo y lograr suplir de gran manera las bajas de una triple
competencia agotadora.
En su primer torneo, el Apertura, clasificó a los play-offs
con un segundo lugar en la tabla, luego, en una dramática final, le daría
vuelta la serie a Universidad Católica con un notable 4 a 1, habiendo caído en
la ida por 2 a 0 ante los cruzados en calidad de local. La revolución había
empezado.
La gente llenó innumerables veces el Estadio Nacional de
Santiago de Chile sin saber que lo mejor estaba por venir. “Don Sampa” armó un
equipo espectacular para el segundo semestre de doble competencia. La búsqueda
era el primer título internacional de la “U”, sin embargo, la revolución lo
llevó al bicampeonato.
Es, quizás, el segundo semestre de 2011 uno de los más
gloriosos de la historia azul. En el torneo local, no tuvo competencia, arrasó
con todos, nueve victorias consecutivas y ocho puntos de ventaja en la fase
regular. El play-offs le ganaría la final a Cobreloa, 0 a 0 en Calama y goleada
3 a 0 como local para una nueva corona.
Pero el reconocimiento a la “U” de Sampaoli vendría con la
campaña en la Copa Sudamericana de 2011. El conjunto azul eliminó a Arsenal de
Argentina, a Vasco da Gama y Flamengo de Brasil, a Fénix y Nacional de Uruguay,
y finalmente, el duelo decisivo a Liga Deportiva Universitaria de Quito. Aquél
equipo ganó 10 partidos y empató dos, es decir, fue campeón invicto de un
torneo internacional, además de tener en Eduardo Vargas al goleador del
certamen con 11 tantos y Johnny Herrera recibió apenas dos goles en 12
partidos.
La fiebre azul se expandió por todo Chile y América, el
número de abonados llegó a 15 mil personas, una locura teniendo en cuenta que,
por ejemplo Colo Colo tiene tan solo 500. El cuerpo técnico hizo lo suyo, tanto
preparadores físicos como ayudantes, mantuvieron siempre motivados al plantel
con videos, carteles, saludos de familiares, todo para ganar.
Jorge Sampaoli pasó a ser querido por muchos clubes de
América, los jugadores fueron todos potenciados por un sistema tan aceitado que
aún después de sufrir varias bajas, sigue dando cátedra futbolística. Las
constantes triangulaciones, el juego rápido y a ras de piso, la explotación de
las bandas y el compromiso de todo el plantel fueron un sello que dejó el
equipo.
Hoy, la “U” ya no tiene a su estrella, Eduardo Vargas,
también se fueron el líbero y el delantero central (Marcos González y Gustavo
Canales), sin embargo, la idea sigue intacta y dando que hablar. Ya está en
semifinales de la Copa Libertadores, ocasión a la cual llegó en tres ocasiones
en su historia (1970, 1996 y 2010), además de acercarse al tricampeonato en la
liga chilena.
La revolución continua, el mundo del fútbol, agradecido.
Gabriel Arias Massa.
Publicado en la Revista de Planeta Fútbol de junio de 2012.
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